El Milka Tender es un bollito de bizcocho bien cubierto de chocolate que hace las delicias de mis niñas. Ellas me lo piden nada más verlo. Intento comprarlo en los supermercados porque te los venden en paquetes de varias unidades que te salen bastante mejor de precio que si los compras uno a uno en las máquinas expendedoras. En una máquina te clavan por un bollito sólo 80 céntimos.
A mí también me gustan. Da gusto morderlo y encontrarlo blandito con su relleno de chocolate dentro y su cobertura de chocolate con leche por fuera.
La única desventaja que le encuentro es que estamos hablando de un producto de bollería industrial con un montón de calorías. No es nada sano. Yo a las niñas sólo se los dejo comer de cuando en cuando, no todos los días por supuesto.
Pero prefiero que mis hijas consuman esta bollería de buena marca, Milka, a darles bollería de marca de distribuidor. Siempre piensas que una marca cuida más la elaboración de sus productos.
El envasado, por ejemplo, está muy cuidado. Tanto los bollitos que vienen envasados individualmente como los que se venden en el pack vienen muy bien envasados, en sus bolsitas de color lila que los conservan bastante bien.
No son nada grandes. Cada pequeño bizcochito tiene 37 gramos.
Yo los compro en packs de tres unidades, uno para cada una. A mi marido nada este tipo de bollerías. Los bollitos traen un envasado individual a mayores.
Hay que tener cuidado con la fecha de caducidad. He visto que en algún supermercado los tienen muy al límite. Yo cuando veo los bollitos casi caducados no los compro. Si no los venden, servidora no les tiene culpa. Estamos hablando de unos bollitos que tienen una crema en su interior y no se puede jugar con las fechas. Hace años sufrí una intoxicación por unos pasteles con la crema en mal estado y por eso sé de lo que hablo.
Casi siempre los compro en el Carrefour. Es donde los tienen más frescos porque allí venden un montón. En el Eroski también los he visto a vender con las fechas de caducidad lejanas.
A mí también me gustan. Da gusto morderlo y encontrarlo blandito con su relleno de chocolate dentro y su cobertura de chocolate con leche por fuera.
La única desventaja que le encuentro es que estamos hablando de un producto de bollería industrial con un montón de calorías. No es nada sano. Yo a las niñas sólo se los dejo comer de cuando en cuando, no todos los días por supuesto.
Pero prefiero que mis hijas consuman esta bollería de buena marca, Milka, a darles bollería de marca de distribuidor. Siempre piensas que una marca cuida más la elaboración de sus productos.
El envasado, por ejemplo, está muy cuidado. Tanto los bollitos que vienen envasados individualmente como los que se venden en el pack vienen muy bien envasados, en sus bolsitas de color lila que los conservan bastante bien.
No son nada grandes. Cada pequeño bizcochito tiene 37 gramos.
Yo los compro en packs de tres unidades, uno para cada una. A mi marido nada este tipo de bollerías. Los bollitos traen un envasado individual a mayores.
Hay que tener cuidado con la fecha de caducidad. He visto que en algún supermercado los tienen muy al límite. Yo cuando veo los bollitos casi caducados no los compro. Si no los venden, servidora no les tiene culpa. Estamos hablando de unos bollitos que tienen una crema en su interior y no se puede jugar con las fechas. Hace años sufrí una intoxicación por unos pasteles con la crema en mal estado y por eso sé de lo que hablo.
Casi siempre los compro en el Carrefour. Es donde los tienen más frescos porque allí venden un montón. En el Eroski también los he visto a vender con las fechas de caducidad lejanas.
