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La salsa fina Calvé me ayuda a hacer apetecibles las carnes y algún pescado a mis niñas. Es una salsa con un sabor muy casero. De hecho, mi suegra les prepara una salsita muy parecida. La madre de mi esposo es muy tacaña. Yo prefiero pagar 1,40 euros por un envase de salsa fina Calvé.
El envase de esta salsa fina está muy bien. Lo puedes poner bocabajo. Esto les hace gracia a mis niñas. La mayor me dice que compre esta salsa de sabor casero porque viene en una botella reciclada. Tengo unas hijas muy ecologistas.
La única desventaja que le encuentro a la salsa fina Calvé es la cantidad de sal que tiene. Por eso intento que las niñas no echen mucha cantidad de salsa sobre los platos de carnes. Si vendieran una salsa fina sin sal la compraría.
La sal no es el único ingrediente poco recomendable que tiene, pero yo del resto de ingredientes como que paso un poco. Ingredientes de esta salsa calvé son: Agua, aceite de soja (40%), vinagre de vino blanco (5%), yema de HUEVO de gallinas camperas (3,2%), almidón modificado de maíz, almidón de TRIGO, azúcar, sal, cloruro potásico, espesantes (goma garrofín, goma guar), aromas (contiene MOSTAZA), zumo de limón concentrado, colorante (carotenos). Calvé nos dice que los huevos son de gallinas camperas. Ellos sabrán. Yo lo que sé es que la salsa es sabrosa.
Os recomiendo la salsa fina calvé, una salsa sin conservantes y colorantes industriales que encuentras a vender en todos los supermercados y grandes superficies. Su envase en tono crema con el tapón verde es inconfundible. Es una botella de plástico apta para las manos infantiles. No rompe si cae al suelo.
La salsa calvé tiene una textura poco espesa. No hace falta poner mucha cantidad sobre un pescado o una carne para darle un sabor más apetecible. Mi marido se la pone a la pizza de espinacas. Yo en pizzas no quiero salsas. Las pizzas ya vienen sobradas de ingredientes.
El envase de esta salsa fina está muy bien. Lo puedes poner bocabajo. Esto les hace gracia a mis niñas. La mayor me dice que compre esta salsa de sabor casero porque viene en una botella reciclada. Tengo unas hijas muy ecologistas.
La única desventaja que le encuentro a la salsa fina Calvé es la cantidad de sal que tiene. Por eso intento que las niñas no echen mucha cantidad de salsa sobre los platos de carnes. Si vendieran una salsa fina sin sal la compraría.
La sal no es el único ingrediente poco recomendable que tiene, pero yo del resto de ingredientes como que paso un poco. Ingredientes de esta salsa calvé son: Agua, aceite de soja (40%), vinagre de vino blanco (5%), yema de HUEVO de gallinas camperas (3,2%), almidón modificado de maíz, almidón de TRIGO, azúcar, sal, cloruro potásico, espesantes (goma garrofín, goma guar), aromas (contiene MOSTAZA), zumo de limón concentrado, colorante (carotenos). Calvé nos dice que los huevos son de gallinas camperas. Ellos sabrán. Yo lo que sé es que la salsa es sabrosa.
Os recomiendo la salsa fina calvé, una salsa sin conservantes y colorantes industriales que encuentras a vender en todos los supermercados y grandes superficies. Su envase en tono crema con el tapón verde es inconfundible. Es una botella de plástico apta para las manos infantiles. No rompe si cae al suelo.
La salsa calvé tiene una textura poco espesa. No hace falta poner mucha cantidad sobre un pescado o una carne para darle un sabor más apetecible. Mi marido se la pone a la pizza de espinacas. Yo en pizzas no quiero salsas. Las pizzas ya vienen sobradas de ingredientes.
2
La Fabada Asturiana Litoral está subiendo tanto como el resto de productos de los supermercados. Una lata de 420 gramos tiene un precio de 2,15 euros. Es como para pensarlo. Lo piensas menos cuando ves los precios de las alubias en la sección de frutería. Entonces regresas al lineal de Fabada Asturiana Litoral y metes unos cuantos envases en el carro de compra.
Yo compré cuatro esta semana, aprovechando una oferta de segunda unidad a mitad de precio. La Fabada Asturiana Litoral nos gusta a todos en casa. Mi marido incluso la come fría, al derecho del bote. Servidora no llega a tanto. Le doy una pasada en el microondas para tenerla a punto para servir.
La Fabada Asturiana Litoral está cocinada con ingredientes cien por cien naturales. El choricito, la morcilla, las habas que le ponen son lo mejor de lo mejor. Lo notas en el sabor. Me encanta esta fabada. Por eso nunca falta en la despensa de mi casa.
El envase de la Fabada Asturiana Litoral ha sido mejorado con un abrefácil. Sólo tienes que tirar para dejarlo abierto. El abrefácil es una ventaja a tener en cuenta. Yo aún recuerdo aquellas latas que había que abrir con un abrelatas. Eran un lío. Afortunadamente, cada día más fáciles nos ponen las cosas a las amas de casa apuradas y a los amos de casa que no quieren cocinar.
Os recomiendo la Fabada Asturiana Litoral. Es la mejor fabada enlatada. Mi suegra nos amplia los tarros añadiendo habas cocidas, también de tarro. No es lo mismo. Yo también lo hago a veces. Con esta crisis hay que echarle imaginación a la cocina.
Las latas de Fabada Asturiana Litoral siempre me han salido buenas. Es una conserva a la que le doy un diez. Sabes que tienes comida en buen estado en casa durante meses. Tienen una larga duración y no necesitan nevera. Creo que comeremos mucha fabada de lata los próximos meses. Sale más barata la fabada de lata que la fabada que haces en casa.
Yo compré cuatro esta semana, aprovechando una oferta de segunda unidad a mitad de precio. La Fabada Asturiana Litoral nos gusta a todos en casa. Mi marido incluso la come fría, al derecho del bote. Servidora no llega a tanto. Le doy una pasada en el microondas para tenerla a punto para servir.
La Fabada Asturiana Litoral está cocinada con ingredientes cien por cien naturales. El choricito, la morcilla, las habas que le ponen son lo mejor de lo mejor. Lo notas en el sabor. Me encanta esta fabada. Por eso nunca falta en la despensa de mi casa.
El envase de la Fabada Asturiana Litoral ha sido mejorado con un abrefácil. Sólo tienes que tirar para dejarlo abierto. El abrefácil es una ventaja a tener en cuenta. Yo aún recuerdo aquellas latas que había que abrir con un abrelatas. Eran un lío. Afortunadamente, cada día más fáciles nos ponen las cosas a las amas de casa apuradas y a los amos de casa que no quieren cocinar.
Os recomiendo la Fabada Asturiana Litoral. Es la mejor fabada enlatada. Mi suegra nos amplia los tarros añadiendo habas cocidas, también de tarro. No es lo mismo. Yo también lo hago a veces. Con esta crisis hay que echarle imaginación a la cocina.
Las latas de Fabada Asturiana Litoral siempre me han salido buenas. Es una conserva a la que le doy un diez. Sabes que tienes comida en buen estado en casa durante meses. Tienen una larga duración y no necesitan nevera. Creo que comeremos mucha fabada de lata los próximos meses. Sale más barata la fabada de lata que la fabada que haces en casa.
3
La gente que no quiera pasar mucho tiempo cocinando lo tiene fácil. Entras en un supermercado y compras unas Patatas Bravas Congeladas PRIMPOM y las haces en un pis pas. Sólo tienes que darle una pasada en una sartén. Estás que te chupas los dedos.
Mi santo dice que las encuentra un poco saladas. Yo las encuentro deliciosas. Lo único que no encuentro delicioso es el tamaño de la bolsa. En vez de hacer envases de 1 kilo, los hacen de 600 gramos. Una bolsa no llega a nada. Con tres bolsas de Patatas Bravas Congeladas PRIMPOM ya podemos comer los cuatro.
Me gusta el envase. El envase de las Patatas Bravas Congeladas PRIMPOM es de color fritura, con la marca en blanco y un recordatorio de que no tienen gluten en el mismo color blanco. Está bien que nos ofrezcan unas patatas bravas sin gluten. Así son más sanas y las podemos comer todos en casa.
Os las recomiendo. Las Patatas Bravas Congeladas PRIMPOM tienen un precio de 1,09 euros la bolsa de 600 gramos. Te viene saliendo el kilo de patatas bravas a 1,82 euros. Salen un poquito más caras que las patatas de frutería que no están congeladas ni cortadas. Las Patatas Bravas Congeladas PRIMPOM ya vienen cortadas al estilo patatas bravas. Te ahorras el trabajo de tener que cortarlas y el riesgo de poder cortarte tú. Se nota que las cortan con una máquina. Su corte industrial es perfecto. Todos los trocitos son del mismo tamaño. Eso es difícil de conseguir cuando cortas tú a mano las patatas. Yo les doy algún corte distinto para que no se vean tan perfectas en el plato, sobre todo cuando hay invitados. De esta manera, mis invitados piensan que están comiendo patatas que nunca estuvieron congeladas.
Estos productos congelados nos facilitan mucho la vida doméstica. Por eso me apunto a los productos casi procesados que nos ofrecen en los muebles fríos de los supermercados.
Mi santo dice que las encuentra un poco saladas. Yo las encuentro deliciosas. Lo único que no encuentro delicioso es el tamaño de la bolsa. En vez de hacer envases de 1 kilo, los hacen de 600 gramos. Una bolsa no llega a nada. Con tres bolsas de Patatas Bravas Congeladas PRIMPOM ya podemos comer los cuatro.
Me gusta el envase. El envase de las Patatas Bravas Congeladas PRIMPOM es de color fritura, con la marca en blanco y un recordatorio de que no tienen gluten en el mismo color blanco. Está bien que nos ofrezcan unas patatas bravas sin gluten. Así son más sanas y las podemos comer todos en casa.
Os las recomiendo. Las Patatas Bravas Congeladas PRIMPOM tienen un precio de 1,09 euros la bolsa de 600 gramos. Te viene saliendo el kilo de patatas bravas a 1,82 euros. Salen un poquito más caras que las patatas de frutería que no están congeladas ni cortadas. Las Patatas Bravas Congeladas PRIMPOM ya vienen cortadas al estilo patatas bravas. Te ahorras el trabajo de tener que cortarlas y el riesgo de poder cortarte tú. Se nota que las cortan con una máquina. Su corte industrial es perfecto. Todos los trocitos son del mismo tamaño. Eso es difícil de conseguir cuando cortas tú a mano las patatas. Yo les doy algún corte distinto para que no se vean tan perfectas en el plato, sobre todo cuando hay invitados. De esta manera, mis invitados piensan que están comiendo patatas que nunca estuvieron congeladas.
Estos productos congelados nos facilitan mucho la vida doméstica. Por eso me apunto a los productos casi procesados que nos ofrecen en los muebles fríos de los supermercados.
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