Los montes de las Españas están ardiendo este verano del 2025 como papel de fumar. En Galicia vivimos el incendio más importante de la historia de la comunidad autónoma. Tan bien acertaron en poner la primera llama que no se acaba de apagar la llamarada. Vecinas y vecinos dejan sus casas intentando salvar sus vidas. Los bienes materiales se dan por perdidos.
En medio de esta devastadora ola de incendios que afecta a Galicia y otras regiones del noroeste peninsular, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha interrumpido sus vacaciones para visitar el Centro de Coordinación Operativo Contraincendios en Ourense. Acompañado por el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, Sánchez ha anunciado una ambiciosa iniciativa: la creación de un gran Pacto de Estado para la mitigación y adaptación a la emergencia climática.
Este pacto suena como decir que se crea una comisión de investigación: más políticos haciendo que hacen, más burocracia, más sueldos para funcionarios. Y ninguna solución. Los incendios seguirán siendo cosa de los vecinos y vecinas que ven llegar el fuego y salen de sus casas con unos cubos de agua para apagar las llamas.
Una respuesta urgente ante la crisis
La visita de Sánchez se produce en el sexto día de emergencia, con más de una docena de fuegos activos en la provincia de Ourense, algunos de ellos cercanos a núcleos urbanos. El presidente ha expresado sus condolencias por las víctimas mortales y su solidaridad con los afectados, destacando la labor de los profesionales que combaten las llamas.
Ante la gravedad de la situación, el Gobierno ha autorizado el despliegue de 500 efectivos del Ejército de Tierra, sumándose a la Unidad Militar de Emergencias (UME), para reforzar las labores de extinción. Además, se han activado recursos del Mecanismo Europeo de Protección Civil, en lo que podría convertirse en el mayor despliegue internacional en España para combatir incendios forestales.
Un pacto más allá de la política
Sánchez ha subrayado que los incendios, junto con fenómenos como las danas y las inundaciones, son manifestaciones cada vez más frecuentes y graves de la emergencia climática. Por ello, ha instado a todas las fuerzas políticas, administraciones públicas, empresas, sindicatos, científicos y sociedad civil a sumarse a un pacto que trascienda la lucha partidista.
"Tenemos que redimensionar nuestras capacidades, no solo para responder, sino para prevenir. Este pacto debe anticipar una mejor respuesta, más garantista y más segura para nuestros conciudadanos", afirmó el presidente.
El objetivo del pacto es establecer una estrategia nacional que permita actuar con mayor eficacia ante los desafíos climáticos, reforzando la coordinación entre administraciones y dotando a los servicios públicos de medios adecuados para la prevención y respuesta.
Reconstrucción y justicia
Además de la extinción de los incendios, Sánchez ha prometido que el Gobierno se volcará en la reconstrucción de las zonas afectadas, asegurando que "se hará todo y más" para que los ciudadanos puedan recuperar la normalidad. También ha sido tajante respecto a los responsables de provocar los fuegos: "No puede haber impunidad. Quienes hayan causado estos incendios deberán rendir cuentas ante la Justicia".
Próximos pasos
El Ejecutivo prevé comenzar a trabajar en las bases del pacto en septiembre, con el objetivo de presentar una propuesta consensuada que permita afrontar con garantías los retos climáticos del futuro. Sánchez continuará su recorrido por otras provincias afectadas en los próximos días, reforzando el compromiso del Gobierno con una respuesta integral y coordinada.
Este anuncio marca un punto de inflexión en la política ambiental española, en un contexto donde la ciencia advierte que los efectos del cambio climático serán cada vez más intensos y frecuentes. El gran Pacto de Estado propuesto por Sánchez busca ser el marco de acción que permita a España adaptarse y responder con unidad a una amenaza que ya no es futura, sino presente.
El tiempo dirá si consigue esa unidad de respuesta con un panorama de 17 comunidades autónomas que van con sus cochecitos antiincendios haciendo que apagan los fuegos. Volvemos a repetir que quienes están apagando los fuegos son las vecinas y vecinos como buenamente pueden. Los medios antiincendios de las Administraciones públicas están llegando demasiado tarde. Lo dicen los resultados.
Todos y todas sentimos una gran preocupación por los días y las noches de terror que están viviendo muchos vecindarios ante la llegada de las llamas a sus localidades. Es hora de replantearse las políticas antiincendios. Toca, o debería tocar, incrementar los medios preventivos que pasan por la limpieza y el control de los montes. También pasa esa prevención antiincendios por no dejar construir en medio del monte casitas muy lindas y muy peligrosas.
Una política urbanística municipal de "aquí construye mi amiguito o mi amiguita" por parte de los ayuntamientos nos lleva a esta situación de incendios de montes.
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MARÍA REY
ECONOMISTA
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